sábado, 2 de julio de 2011

Carreteros: Historia de una migración urbana.



¿Qué ha de decir un estudiante que apenas conoce la arquitectura?, ¿Qué ha de decir una persona que apenas conoce su país, su estado, su propio espacio?, ¿Qué ha de decir una persona que realmente no sabe nada acerca de personas?

A mi parecer esta pequeña reseña podrá decir todo o nada. No es sin más una casualidad que hace una semana me encontraba parado delante de "Carreteros: historia de una migración urbana"; La sala se encontraba blanca, blanca y con eco a vacio, con sonido a silencio y con esos pasos que se escuchan extraños… Muy lejos de ti. Empecé, como casi todas las veces que veo una exhibición, a leer el primer título buscando una relación inmediata con la fotografía, pude ver como mis ojos enfocaban mas a una imagen que se esparcía, crecía y atentaba contra los límites de su borde.

Huele la lluvia.
Mira cómo de la tierra asciende
ese pesado olor del protoplasma.
Mira caer cenizas, polvos y desgracias.
Mira cómo las lluvias onstruyeron
los albañales de los aledaños.
Mira cómo la lluvia cae sobre los pájaros
y cómo los hombres, trapos sacudidos,
oscilan por una ráfaga de viento,
a la luz de ese único relámpago.
Su rostro es una bronca blasfemia.
Mira cómo el cielo resplandece en mitad de la noche,
cómo las estrellas se desgañitan de luz.
Mira cómo esta mugre tierra estalla
y trastorna su sol que la corteja
y corre luego entre pezuñas de asnos.
Vé como abandona la tierra estos lugares
dejando a ciertos hombres sin su antípoda,
colgados de sus dientes, al vacío.

Fragmento de “Ciudad bajo la lluvia” por Jaime Labastida.

No toma mucho tiempo recorrer la exposición pero si toma mucho "carácter", lo digo así por que me encontré a mi mismo pasando, regresando y volviendo a mirar cada detalle. Creo que no se podrían enumerar la cantidad de sentimientos, emociones y gritos que uno va encontrando detrás de cada capa. Los detalles, que son magníficos, sumergen al espectador en un océano de ideas, creo que a veces me perdía más pensando en ellos, que viendo el primer plano de la imagen. "Todo dentro de ese mundo dice algo".

Y bueno, volviendo a la "realidad objetiva", sí, es la exposición que muestra la vida en un mundo basura, en un "espacio basura". No necesitamos mucha imaginación para adivinar el siguiente debate, ¿alguien hará algo por esas personas?, pero… ¿qué se puede hacer por ellos? (La realidad es que la mayoría de nosotros estamos un nuestro punto de confort y tapándonos los ojos, podremos olvidarnos del problema en la comida), sin embargo, me quedo mas con una reflexión que con argumentos mal sustentados. La vida misma y la gente por consecuencia han hecho de ese basurero, su espacio, su casa, su cocina, sus mañanas y sus noches, principalmente su hogar. Y así, necesitamos de ellos como ellos necesitan de nosotros (algo irónico por cierto, pues creo que en un futuro seremos nosotros quien necesitemos más de su ayuda).

Siento, en fin, que su espacio, su mundo, y todo lo que los rodea ha nacido para nunca morir. ¿Nos alcanzara?, ellos ya se fueron ¿pero regresarán?, para mí ese es el titulo del libro que me llevo de la colección “Carreteros, historia de una migración urbana”

Como única crítica creo que la exposición debería de haber explotado más su contexto y no simplemente haberse montado de una manera tan sencilla, ya que da para mucho más. Sin embargo el objeto y su sentido como tal, dan con éxito un pequeño pero excelente recorrido.

@live_alan

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